REVOLUCIÓN MEXICANA

La Revolución mexicana fue un conflicto armado y político que se inició el 20 de noviembre de 1910. Antes de la Revolución, en México se vivía una larga dictadura, Porfirio Díaz tenía ya 35 años de presidente, y muchos ya estaban hartos de esto. La mayoría eran pobres, los campesinos y los trabajadores de la ciudad eran maltratados, sus hijos no tenían servicio médico ni escuela, y las riquezas de México se la llevaban los extranjeros. La gente ya estaba harta de esta situación, ya estaba harta del porfiriato. Y Porfirio Díaz  muy agusto, quería seguir siendo presidente, hasta que apareció un hombre muy valiente que decidió competir para la presidencia, se llamaba Francisco Ignacio Madero González, pero todos lo conocemos como Francisco I. Madero. Pues bien, este señor se puso a convencer a la gente que era mejor para México que votaran por él para así acabar con el mal gobierno de Porfirio Díaz, y la gente empezó a creer en Madero, y decían cosas así como: ¡Ya no queremos que los presidentes se reelijan!

Claro que esto no le gustó  a Porfirio Diaz, así que mandó encarcelar a Francisco I. Madero para que la gente no pudiera votar por él. Y claro, en las elecciones ¡volvió a ganar Porfirio Diaz como presidente de México!

Pero Madero se escapó de la cárcel y se fue a Estados Unidos, en donde planeó cómo vencer a Porfirio Díaz, y se le ocurrió hacer una invitación al pueblo de México para quitar por la fuerza a ese señor que ya llevaba tantos años de presidente, Madero propuso que el pueblo se levantara en armas y luchara por su libertad, que se unieran para derrotar al mal gobierno, les propuso iniciar el 20 de noviembre de 1910

La revolución se inició aquí, en chihuahua, y luego se extendió a otras partes del territorio nacional. En poco tiempo los revolucionarios vencieron y Porfirio Díaz presentó su renuncia y se fue a vivir a  Francia. Al poco tiempo se realizaron nuevas elecciones en las cuales resultó electo Madero. Iniciaba un nuevo gobierno pero en 1913Victoriano Huerta, dio un golpe de Estado, asesinó a Madero y se impuso como nuevo presidente, y claro que a la gente no le gustó, y reinició la lucha armada, ahora en contra de Victoriano Huerta. Los principales jefes revolucionarios fueron Venustiano Carranza, Francisco Villa y Emiliano Zapata. Finalmente derrotan a Victoriano, pero los jefes revolucionarios no logran ponerse de acuerdo sobre cómo debía de ser el nuevo gobierno, así que siguieron los conflictos, sin embargo, en 1917 se logró un paso muy importante, se redactó una nueva Constitución, que es la ley suprema de México, y ahí en la nueva constitución, de 1917, dice que los mexicanos deben ganar bien por su trabajo, que debe haber servicio médico para las familias, que debe haber educación gratuita, que la riquezas de mexico son de los mexicanos y que los presidentes no deben reelegirse, el pueblo manda. Todo eso está escrito en la constitución.

LOS TRAIDORES

El esperado cambio está en curso, eso que por años los mexicanos hemos anhelado y por lo cual miles han luchado, incluso entregando sus vidas. Pero los cambios son lentos, y más cuando están los que lo detienen, y que  al igual que antes, siguen ahí; esos, “los que siempre han estado”, esos que mientras las aguas son turbias, las olas amenazantes y la tripulación hace hasta lo imposible por que el barco no naufrague; siguen ahí, “los que siempre han estado”, los que  mágicamente no hacen nada y se terminan llevando las palmas y abrazos al llegar a flote; son “los que siempre han estado”, los mismos que juzgan, critican, opinan y censuran todo lo que ellos jamás han tenido el valor de afrontar; los mismos que traicionan a la primera oportunidad y que se vanaglorian de su ingratitud ante quienes apostaron creer en su falsa retórica.

Nuestro país se encuentra en un proceso en el que debemos de estar también los que siempre hemos sido culpables, quienes han tomado los problemas en sus manos y han decidido resolverlos y los que no han temido al fracaso y por el contrario, han aprendido de él; esos que son la mayoría y que “los que siempre han estado” terminan haciendo a un lado; a esos que hoy, serán los que triunfen, y que hoy,  enfrentaran cambios a los que por años se les había temido, y que vencerán con todos (as) y con todo.

Y es que en varias ocasiones de lo que va de la actual administración se ha cuestionado el que existan aun grupos de ex priistas o ex panistas que conservan ciertos puesto dentro de la administración pública federal, pero, como dijera Lenin, “Las instituciones depurándose se fortalecen” y el filtro será solo una cuestión de tiempo en la que, como siempre, Cronos no perdonara a nadie.

El ejemplo más claro es lo ocurrido hace unos días con el ex secretario de seguridad pública en el sexenio del entonces panista Felipe Calderón, si, Genaro García Luna, ese personaje que pasara junto al –espurio- ex presidente Calderón  como dos de los más grandes traidores que ha dado el país; quienes la historia reserva un lugar al lado de los Santa Ana, de los Huerta o de los salinas; esos dos panistas -García Luna y Calderón-  que nos trajeron miles de muertes solo por llenar sus bolsas de dinero, esos son el más claro ejemplo, ellos quienes decidieron manchar sus manos de sangre y  que por seis años que tuvieron el poder no sirvieron al crimen, sino aun peor, lo hicieron parte de su administración. Ha llegado su turno, su derrota será un merecido y dulce sabor, para el ensangrentado país que dejaron; es solo cuestión de tiempo, problema que se soluciona solo con la misma paciencia que por décadas se ha tenido.

LA PRIMERA TRANSFORMACIÓN

Hace 200 años, la pobreza y las desigualdades sociales maltrataban a la población mestiza, y sobre todo a los indígenas. Hace 200 años, la esclavitud, con todas sus crueldades estaba presente, muy presente todavía en la sociedad colonial de entonces.

Miguel Hidalgo se integró al movimiento de rebeldía por convicción, este cura era muy culto, carismático y popular, pero sobre todo, era bueno, por eso se preocupó por los pobres, aprendió varias lenguas indígenas, enseñó artes y oficios entre sus parroquianos. Hidalgo amaba a su pueblo, por ello durante la lucha armada abolió la esclavitud. Hoy Lo reconocemos como el padre de la patria

Esa guerra de independencia significó la primera transformación de las cuatro a las que se refiere el licenciado López Obrador.

Así como hoy México vive la liberación de las fuerzas económicas y políticas opresora, hace 200 años MIGUEL Hidalgo, José María Morelos,  Vicente Guerrero, Josefa Ortiz de Domínguez y muchos, y muchas más, lucharon por una causa similar, combatieron contra las injusticias de entonces, dando incluso su vida para heredarnos una patria libre.

La lucha por la independencia no fue fácil, no fue rápida, no se realizó por héroes con super poderes, sino todo lo contrario. La lucha por la independencia, así como la cuarta transformación, fue un proceso largo, más de 10 años de penalidades en los campos de batalla, llena de traiciones, el pueblo pobre contra los ricos de entonces, los conservadores, dueños de casi todo.

El movimiento de independencia, así como el de esta 4ª. Transformación,  fue colectivo y popular, los líderes eran de carne y hueso, tenían defectos como los tenemos todos, tuvieron sus diferencias también, pero tenían amor por el pueblo y fueron capaces de sacrificar su vida por sus ideales de justicia.

Nuestra historia nacional nos enseña que los procesos de cambio no son simples, pero está sucediendo, estamos viviendo una nueva transformación, la democracia dio un gran paso. Reconocemos que falta mucho por enderezar y por construir, pero ya se está haciendo, ¡lo estamos haciendo!

¡Viva Miguel Hidalgo, vivan los héroes de la independencia y viva la cuarta transformación!

CAÍDA SIN FONDO

Hace algunos días, en la desesperada necesidad de la oposición por golpear al gobierno en turno, se desato un debate en el cual se acusaba a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador por el hecho de otorgar el apoyo de adultos mayores,  en el caso de quienes se autodenominaran como indígenas a los 65 años, mientras a el resto de la población hasta cumplir los 68 años; una diferencia de tres años, afirmando ser esto un acto de discriminación, racismo e incluso llegando al disparate de hacer una analogía con las decisiones tomadas por Hitler durante su gobierno en la Alemania Nazi.

Han caído en el absurdo de cuestionar leyes que ellos aprobaron, como la “Ley federal para prevenir y erradicar la discriminación”  en las que se promueven estas llamadas acciones afirmativas o discriminación positiva, las cuales implican el impulsar políticas en la que se les otorgue un trato preferencial a los grupos con una mayor marginación –histórica sobre todo- como en el caso de nuestro país lo han sido los grupos indígenas. Buscando con ello el mejorar las condiciones de vida de los mismos.

La oposición y el panismo en particular, desde su catastrófica derrota el primero de julio del año 2018, no ha podido entender cuál debe de ser su posición con el cambio de rumbo político en el país; no han entendido que las decisiones que se han tomado en este tema en particular, es buscar sanar una deuda histórica que se tiene con nuestros pueblos originarios, que es intentar compensar el daño hecho a los mismos por más de 500 años y que es esto una afrenta que se tiene que compensar.

El PAN, continúa en su papel que mantuvo por meses en campaña, ese de querer convertir o vender nuevamente la idea de que el presidente es un peligro para el país, el panismo no ha entendido que su lugar no corresponde a estos pequeños berrinches en los que se cuestionan decisiones sin razón y que tienen como único objetivo el desprestigiar lo que más del 70% de la población  aprueba. La oposición y el panismo han caído, el problema para ellos, es que su caída, parece no tener fondo.

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